viernes, 27 de abril de 2018

El arte y la ciencia de no hacer nada


Unos investigadores han descubierto que existen unas zonas en el cerebro que se activan cuando uno se dedica de forma consciente a «no hacer nada». Las denominan: «red neural por defecto». Han visto que ese no hacer nada potencia, entre otras cosas, la creatividad y el autoconocimiento. Esa fructífera no actividad que últimamente he estado desarrollando me parecía todo un arte. Ahora resulta que es también una ciencia.
De niños, tirados en la cama sin hacer nada, soñamos despiertos. Ahora descubren que en ese estado el cerebro aprovecha para procesar una valiosa información procedente del inconsciente. 
Ya podemos holgazanear sin sentimiento de culpa por no rentabilizar el tiempo. Nos apoya la ciencia ;)

martes, 13 de marzo de 2018

¡AY, MENTE, QUÉ POCO TE COMPRENDO!

A las ocho y media de la mañana de un desapacible día de lluvia y viento, con la ropa mojada— llovía en diagonal— sujetaba yo con una mano el paraguas— que a veces amenazaba con darse la vuelta— y con la otra al perro —ambas manos congeladas, se me olvidaron los guantes— y sonó el teléfono. Era una amiga. Lo cogí. No sé de qué manera pude incluso recoger la caca del perro. Durante nuestra estimulante conversación me olvidé del frio y el viento y el perro y las manos... Mientras mi mente se concentraba en el placentero intercambio de anécdotas, lo demás dejó de existir. La mente funcional siguió sujetando la correa del perro y el paraguas se sostuvo con firmeza, pero mi cerebro no prestó atención a todos esos detalles que unos minutos antes me provocaban malestar. El viento seguía soplando con fuerza, la lluvia seguía calando al pobre perro que se sacudía cada dos pasos, pero yo no era consciente de la mojadura de mis pies.
Me despedí de mi amiga. Volví a sentir la desapacible sensación de frio. Pero entonces hablé con mi mente:
—O sea que tienes que estar entretenida porque si no, solo te fijas en los detalles desagradables...
A ver, vamos a llevarnos bien. Eres obsesiva y pesimista, ya lo sé, no tienes remedio, pero hay también una parte creativa en ti que me aporta muchas satisfacciones.Vamos a hacer lo siguiente, a ver qué te parece: Tú te encargas de la intendencia y también de conectarme con la fuente de mi inspiración, pero el resto del tiempo no me des la brasa, no me hagas fijar la atención en todos los aspectos desagradables de mi vida, ¿Ah, dices que lo que haces es mostrarme el contenido del subconsciente?¡Pues mi subconsciente debe estar repleto de pensamientos negativos! ¿que eso es lo normal, dices? Ah... A ver si lo entiendo, cuando no estoy ocupada con algo tú te dedicas a buscar motivos de queja, ¡Ah, que el problema es ese, la queja!, o sea que tú me cuentas algo desagradable de mi vida y yo tengo que quedarme tan tranquila, ¿no?, ¿que se llama ecuanimidad, dices? Ah...  ¿que en el subconsciente está todo?, ¿que debería pasar mucho más tiempo sin hacer nada?, ¿que no hay otro modo de conocerme a mí misma? Me recomiendas que deje de escribir y mire un rato por la ventana. Me aburriré enseguida... ¿que eso es lo que tengo que hacer?, ¿que un poco más allá del aburrimiento está lo que busco?... pero, ¿qué busco?... dices que busco estar en paz, es verdad, me voy a mirar por la ventana.

domingo, 25 de febrero de 2018

Conversación con la vida

La vida estuvo a punto de abandonarme. Sintió que su amor por mí no era correspondido. Tenía razón. No la quería lo suficiente. 
Estaba ya retirándose llevándose consigo mi vitalidad cuando le pedí por favor que esperase un poco, que tenía que pensar ¿Pensar?, ¿No has pensado ya suficiente?me reconvino con determinación Solo utilizas la cabeza y una milésima parte de tu corazónTengo que trastocar ese porcentaje, ya lo sé—¿Y a qué esperas?—¿A qué espero?, no lo sé...—Me voy—No, por favor, no te vayas... ya sé lo que me pasa: he perdido la fe—¿En mí?—Supongo que sí, no te enfades...es que no sé cómo contactar contigo, no sé en realidad quién eres...—¿Cómo?, ¿que no me reconoces?... pero, ¿realmente quieres volver a sentirte viva?—Te lo aseguro Y sin pensárselo dos veces la mismísima vida invirtió de forma súbita el porcentaje anterior quedando activado el novecientos noventa y nueve por ciento de mi corazón. 
Y entonces la vi. A la vida. La vi.













domingo, 11 de febrero de 2018

Deshipnosis


¿Cómo puedo deshipnotizarme? —Pregunta Lourdes.


En una secuencia de la película “La delgada línea roja” aparece un soldado con un fusil caminando por una tupida selva, y de repente, como si presintiera algo, se para y observando con atención todo lo que está mirando exclama: “¿quién eres que te manifiestas de tantas formas?... 
Puede que le ocurriera como consecuencia del miedo. El verdadero miedo te saca de tu vida, te  aísla… y puede ocurrir que, de forma súbita, te quedes completamente solo, con la mente en suspenso… puede surgir entonces una visión nueva, como cuando viajas al extranjero y observas con sorpresa lo que te rodea.
La geometría de un árbol te muestra en ese momento la sabiduría con la que está construido este universo, ese equilibrio perfecto, esa búsqueda de la armonía y de la simetría que tiene la naturaleza...
Te parece estar viéndolo todo por primera vez... puede que entonces intuyas algo intangible, algo que carece de corporeidad…
Eso eres.